Mayor eficiencia organizacional: estructuras más ágiles y menos burocráticas.
Reducción de costos en nómina y operaciones.
Claridad en roles y responsabilidades que impulsa el desempeño.
Alineación de talento con la estrategia de negocio.
Mitigación de riesgos asociados a despidos masivos o reestructuras improvisadas.
Informe ejecutivo con análisis de estructura actual.
Benchmark organizacional con comparativos del mercado.
Propuesta de estructura optimizada (organigrama).
Plan de rightsizing con escenarios y proyección de ahorros.
Recomendaciones de implementación y gestión del cambio.